Shimmy o Tank Slapper: cómo entenderlo y prevenirlo

Todo motociclista, tarde o temprano, escucha hablar del temido shimmy o tank slapper. Ese momento en que el manillar comienza a moverse violentamente de lado a lado, sin razón aparente, puede ser una de las experiencias más desconcertantes y peligrosas al conducir una moto.

El shimmy es una oscilación rápida e incontrolable del manillar, que suele manifestarse a alta velocidad o tras ciertos cambios bruscos en el equilibrio de la moto. Su nombre más gráfico, "tank slapper", hace referencia a cómo el manillar puede llegar a golpear los costados del tanque de combustible durante estos movimientos extremos.

Aunque la sensación puede parecer producto de un desperfecto, la realidad es que suele ser el resultado de una combinación de factores dinámicos. La suspensión, el estado de los neumáticos, la geometría del chasis e incluso la superficie del asfalto influyen directamente en la aparición de este fenómeno.

Las motocicletas deportivas y naked son especialmente vulnerables a este tipo de oscilaciones debido a su potencia, diseño agresivo y suspensiones más rígidas. Pero ninguna moto está exenta si se presentan las condiciones ideales: neumáticos con baja presión, suspensión mal calibrada, carga mal distribuida o simplemente un mal aterrizaje tras levantar la rueda delantera.

Una de las formas más efectivas de prevenir el shimmy es mantener la moto en óptimas condiciones mecánicas. Esto incluye revisar y ajustar regularmente la suspensión, mantener la presión adecuada de los neumáticos y asegurarse de que las ruedas estén bien balanceadas. Otro componente clave es el amortiguador de dirección, un elemento que ayuda a controlar las oscilaciones del manillar, especialmente útil en motos potentes.

En cuanto a la conducción, es importante evitar aceleraciones bruscas cuando la rueda delantera está apenas tocando el suelo, como suele ocurrir al salir de curvas con fuerza. También es fundamental no tensar el manillar en exceso. Si se produce un shimmy, sujetarlo con rigidez solo empeorará la situación. La clave es mantenerse lo más relajado posible, dejar que el manillar oscile ligeramente y permitir que la moto recupere su estabilidad por sí sola.

La experiencia puede ser aterradora, pero con conocimiento, mantenimiento y técnica adecuada, se puede minimizar considerablemente el riesgo. Rodar con seguridad no solo depende del equipo que usamos, sino también de cómo conocemos y respetamos el comportamiento de nuestra moto.

En MOUSE, promovemos la conducción consciente y segura. Estar bien informado es parte del equipamiento esencial de todo motociclista.

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